A una desconocida, en una biblioteca...
Envuelto de letras, fantasías y libros,
desde mi escondite, tus ojos de encanto, diviso:
Desgarradoramente árabes... con misterioso enigma dulce
se deslizan, taciturnos, por hechizos que los seducen.
Maldecido me percibo y apenado me lamento,
mas no es, por ti, idilio lo que en la psique siento;
pues por no ser aquel cuyos versos te abruman
me aflijo con la envidia hacia el que tus pupilas conjura.
Ojalá fuera por magia que, fugaz, una estrella se adviniera
y de mi escondite, batiendo mis alas, salir me hiciera;
a un único deseo, sin dudarlo, yo me acojo:
"¡Qué mis palabras... sean tus ojos!"
4 comentarios:
Me ha gustado, muchas mujeres cautivan con sus ojos.
Maravilloso.
¡Qué chulo! Me encanta! Está muy bien escrito!
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