28 de septiembre de 2011

Divinidad Autumnal

Riachuelos tostados de oro
caen de la copa del árbol más hermoso.

Luna perenne esmeralda
aparece como una sutil guirnalda.

Refulgencia de pureza brillante
absorbe la oscuridad del entorno penetrante.

Esponjas muy sedosas y latientes
te acercan a una excitación lustrada y sonriente.

Avispa curvilínea y difusa
que baila con ritmo cadente, luciendo confusa.

¿Cómo se verá tu raíz aureada,
divinidad autumnal adorada?

Y si es tu canto muy dulce y suave,
¿cómo habrá de ser quién te ame?

26 de septiembre de 2011

Extraño limbo

No fui educado para este amor,
es muy distinto al que me enseñaron.
Una vez tragado, así, el dolor,
se nos hace eterno este descaro.

Siglos luchando con mi memoria
que anhelaba de tiempos pasados;
sensación no hallada en esta historia
tan diferente de las de antaño.

Terminándose ahora parece
o, al menos, el adiós se ha fraguado;
sin saber cual destino se cuece,
sin desearlo, ya soy olvidado.

Feliz o infeliz... soy... sin medida...
tan solo, a la deriva, surcando;
extraño limbo que ahora es mi vida...
¿Hasta cuándo he de seguir llorando?

21 de septiembre de 2011

No te vayas, primavera que llegas

Como capullos en flor
son los niños que juguetean
a ser novios
bajo la floral arboleda.

¡Florida primavera!
¡Novios! Ya quisiera.
Si de verdad pudiera
olvidar estduios, carrera,
te acogería, primavera,
¡ojalá nunca desistieras!
en venir y volver no te fueras
por favor, no desaparecieras
hasta que de ti la belleza
me invadiera,
y beber de tu lujuria pudiera
mientras mi juventud voy perdiendo
y me queda.
¡Oh perfumes de primavera!
Dulce olor que persevera.
Pero primavera, ¿no desesperas?
No lo hagas, no, espera.
la mirada y su manera
de admirar mi belleza entera
que junto a ti un lugar quisiera
varón que me miras y anhelas
mas tu juventud no espera
a que recoja yo mi primavera.
No me apresuro, y te vas.

19 de septiembre de 2011

A mi maestro

A Gustavo Adolfo Bécquer


Se torna oscura la luz
mecido por tus palabras,
surgen amores perdidos
de bellezas azuladas.

Pasión trazada sentí
por tu fiel letra versada
en cien risas etéreas
y unas miradas cruzadas.

Surgió del fuego el deseo
en pugna con la razón.
Pasión joven sempiterna,
la victoria apareció;
y, en silencio, con un beso,
culminó la gran escena.

Recojo aquí tu testigo:
Ser cantante del amor;
de la muerte, mensajero;
ser de la belleza, auror;
y del papel y la pluma,
humilde esclavo sincero.

Gustavo Adolfo Bécquer

18 de septiembre de 2011

Manjar Divino

A Ana

Una inmensa humedad, en el ambiente, es percibida;
tan densa y espesa, que se pudiera y quisiera nadar en ella.
Los dulzones efluvios del origen de la vida estimulan mis sentidos
obligándome a buscar a la diosa dueña de este testigo.

Canta con pasión el ritmo del interior de mi ser
cuando, de la fuente de la luz, bebiendo, calmo mi sed.
Felicísimo se torna el temblor de oquedades internas
que, suaves y líquidas, a una tormenta de fuego y ardor se asemejan.

Es un manjar divino que solo los ángeles crean
y que, el mismo demonio, para su propio placer, anhela;
mientras yo, ángel o demonio.... afortunado en este juego... o no...
soñaré con una infinita inmortalidad que, el tomarte, con ternura, me otorgará.

No existe un viaje de vuelta, ni tampoco solución;
seguiré robando, si me dejas, de tu esencia tibia, por lo eterno, tu porción.

17 de septiembre de 2011

Silencio saciado

Cuando mi luz se aparezca tan fría y distante
que en mis pupilas se sienta la faz victoriosa
y mis palabras hablen en canción cadenciosa,
no querré ver llantos, sino sonrisa flamantes.

Silencio saciado en soledades siseantes
mientras las llamas devoren mi piel golosa
que deberá estallar en cien músicas graciosas
y hacer a mi alma junto a ellas participante.

Pues no es tristeza lo que se asemeje en mi hora;
de mi ser, póstumo deseo entusiasta y fugaz;
sino felicidad y júbilo por mi existencia.

Quedaré así presente en las conciencias ajenas,
y el espectáculo continuará en la dulce paz
que tendrá mi espíritu en alegría sincera.

16 de septiembre de 2011

Bellezas a babor

A Eduardo Pérez

De perfil hiperbolado
y sentido abrumador,
se siente, sentado, esclavo;
problema sin solución.

A tientas viajan sus ojos;
persiguen bellezas encantadas,
virando a babor y a estribor
cuando se alejan de su ventana.

Buscando, invierte, el amor,
su tiempo, tan apreciado,
en dulzuras... sin reparo.

Entre orillas, atrapado,
navegando con furor;
esta es, sin duda, su humilde persuasión.

15 de septiembre de 2011

¿Llegará ese día?

¿Llegará ese día
en que no te sueñe,
en que no imagine
tenerte conmigo?

¿Llegará ese día
en que tu piel me roce
y el frío ya cese
de nuestros caminos?

¿Llegará ese día
en que nos unamos
y escuche tu canto
de orgasmo encendido?

¿Llegará ese día
en el que te guíe,
tu aliento  respire
en beso maldito?

¿Llegará ese día?
Jamás llegará...
pues te habré de amar
con mi cobardía.

14 de septiembre de 2011

Prohibido

La locura me traiciona
y al mar llevarme desea.
Huir en furtiva aventura
a buscar tu piel morena.

Mi corazón se desboca,
la cordura me recuerda
que nunca podré ser tuyo
pues no eres mi única dueña.

Tan benévolo y tan cruel
el destino nos afecta
por unirnos en caminos
y apartarnos con la fuerza
de otros frágiles amores.

Y ahora pido con tristeza
a la muerte triunfadora
que se acerque a mí muy presta
y me lleve en su camino;
pues si suerte yo corriera
de que mi alma no se extinga,
quizá en una vida nueva
pueda amarte sin reparos
y volarte cual cometa,
pues un beso solitario
no es amor, sino quimera.

13 de septiembre de 2011

Rebelión Bohemia

A temer a la vida fui enseñado;
y a la pasión, contener con cadenas,
por algún dios, vengativo y olvidado,
y prohibiciones que tan absurdas eran.

Por un sentimiento enarbolado,
no cumpliré la injusta y ruin condena
de ver mi cuerpo vilmente abrasado
por pecados que no pensé que fueran.

Así algún día se nuble mi razón
y la muerte se acerque cadenciosa,
yo solo habré de creer una opinión:

Que el amor es mi única deidad
y mi fe, auténtica y valerosa;
buscar: libertad, belleza y verdad.