Tuyo es el tiempo de la apología
a la alegría sonrosada,
del canto desnudo que las coronas
le dedican a mis mañanas de octubre.
a la alegría sonrosada,
del canto desnudo que las coronas
le dedican a mis mañanas de octubre.
Tu tiempo te exige interludios apoteósicos
y rubíes blancos lamiéndote la comisura de los labios.
y rubíes blancos lamiéndote la comisura de los labios.
Mío en cambio es el tiempo
colmado de papiros manchados con nebulosas,
de derrapes escritos a uña y sangre
en la madera del umbral.
colmado de papiros manchados con nebulosas,
de derrapes escritos a uña y sangre
en la madera del umbral.
Es mi tiempo el que derrama su baba
sobre los clavos de esta cruz que supe construirme.
sobre los clavos de esta cruz que supe construirme.
Y nuestras al fin son las flores
que a destiempo
se nos caen por las escaleras.
que a destiempo
se nos caen por las escaleras.
1 comentario:
Hasta ahora, creo que este es el mejor poema que hay en Rebelión Bohemia.
Enhorabuena, Dalton.
Sigue deleitándonos con cosas así.
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