18 de septiembre de 2011

Manjar Divino

A Ana

Una inmensa humedad, en el ambiente, es percibida;
tan densa y espesa, que se pudiera y quisiera nadar en ella.
Los dulzones efluvios del origen de la vida estimulan mis sentidos
obligándome a buscar a la diosa dueña de este testigo.

Canta con pasión el ritmo del interior de mi ser
cuando, de la fuente de la luz, bebiendo, calmo mi sed.
Felicísimo se torna el temblor de oquedades internas
que, suaves y líquidas, a una tormenta de fuego y ardor se asemejan.

Es un manjar divino que solo los ángeles crean
y que, el mismo demonio, para su propio placer, anhela;
mientras yo, ángel o demonio.... afortunado en este juego... o no...
soñaré con una infinita inmortalidad que, el tomarte, con ternura, me otorgará.

No existe un viaje de vuelta, ni tampoco solución;
seguiré robando, si me dejas, de tu esencia tibia, por lo eterno, tu porción.

2 comentarios:

Lucas Fulgi dijo...

Qué indesición... pero termina, al menos, con una certeza.

Dejé un comentario por allá abajo... en otro poema.

Saludos

Luis Nieto del Valle dijo...

Ese final... para susurrárselo ¿eh?

¿Me permites una sugerencia?. Es respecto al tipo de letra elegida para el blog. Quizá hay otras opciones de letra con aspecto "cursiva" pero que permitan una lectura más cómoda. Es una opinión personal, nada más. Espero no meterme donde no me llaman, pero personalmente agradezco las sugerencias y comentarios abiertos y sinceros.

Un abrazo.