3 de noviembre de 2011

Que mis palabras sean tus ojos

A una desconocida, en una biblioteca...

Envuelto de letras, fantasías y libros,
desde mi escondite, tus ojos de encanto, diviso:
Desgarradoramente árabes... con misterioso enigma dulce
se deslizan, taciturnos, por hechizos que los seducen.

Maldecido me percibo y apenado me lamento,
mas no es, por ti, idilio lo que en la psique siento;
pues por no ser aquel cuyos versos te abruman
me aflijo con la envidia hacia el que tus pupilas conjura.

Ojalá fuera por magia que, fugaz, una estrella se adviniera
y de mi escondite, batiendo mis alas, salir me hiciera;
a un único deseo, sin dudarlo, yo me acojo:
"¡Qué mis palabras... sean tus ojos!"


4 comentarios:

Jesús Porteiro Artero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jesus Porteiro Artero dijo...

Me ha gustado, muchas mujeres cautivan con sus ojos.

Pía Baroja dijo...

Maravilloso.

Carmen dijo...

¡Qué chulo! Me encanta! Está muy bien escrito!