Riachuelos tostados de oro
caen de la copa del árbol más hermoso.
Luna perenne esmeralda
aparece como una sutil guirnalda.
Refulgencia de pureza brillante
absorbe la oscuridad del entorno penetrante.
Esponjas muy sedosas y latientes
te acercan a una excitación lustrada y sonriente.
Avispa curvilínea y difusa
que baila con ritmo cadente, luciendo confusa.
¿Cómo se verá tu raíz aureada,
divinidad autumnal adorada?
Y si es tu canto muy dulce y suave,
¿cómo habrá de ser quién te ame?
1 comentario:
El amor siempre aparece sin cansarnos de él.
Muy chulo el poema. Me ha gustado
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