A Ana
Nunca seré, como Lope, tan genial;
ni conseguiré su impetuoso y raudo rimar.
Versos como los de Bécquer, nunca hallaré,
en los que la pasión se sentía tras el papel.
Nunca podré ver con los ojos de Safo:
hacían temblar a los dioses sus vocablos.
Nunca lograré la magia de Darío,
que, estrofas de fantasía, surcaba con su navío.
Nunca el amor entenderé como Neruda,
capaz de seducir a mujeres desnudas.
Nunca, como Lorca, seré simbolista,
asesinado, vilmente, por metáforas coloristas.
Sin embargo y no obstante,
hay algo por lo que me envidiarían, seguro, constantes...
Algo que especial hace a mi corazón:
el tenerte a ti, princesa, como musa e inspiración.
2 comentarios:
Mencionas a los grandes de la poesía.
Me ha encantado, sobretodo los dos últimos versos, buenísimos para rematar un gran poema
Me ha gustado mucho la parte de Lorca. Nunca lo serás, pero estás orgulloso de tener algo que ellos no tuvieron.
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