15 de agosto de 2012

La Bruja de Blarney

Nadie más pudo verte,
temerosos fueron de tu magia
y cobardes,
tu belleza, en su miedo, se cautiva.

Yo caí preso en tu canto
que cual sirena maldita
doblegó a mis oídos,
sin tocarlos.

Los cuervos lleven mi palabra
y sus alas de mis lágrimas sean;
te entregaré mi alma cada noche
si en mis remembranzas te vea.

Mis letras, tributo
sobre tus ojos de arena,
mi corazón habrá de ser negro:
así he de pagar mi condena.

Todos pudieron besar tu piedra
solo yo, en tus labios, dejé mi presencia.


Besando la Blarney Stone

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