No más fecundarte
con el cáliz de mis huesos.
No más verte intercambiar
mi nombre
por un soplido de ala póstuma,
por una añoranza peor
que la cercana,
la que te mece.
No más
si no la cruz que se balancea,
la carestía
de los brazos empedrados,
el ardor de río seco
en mis múltiples vaginas
o el impacto.
Dalton Leben
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